El artefacto fue plantado en la habitación de la casa de huéspedes de Teherán
El líder fallecido de Hamás, Ismael Haniyeh, fue asesinado mediante un artefacto explosivo accionado a distancia y colocado meses atrás en Teherán según informa el diario estadounidense ‘The New York Times’ y confirma el medio israelí ‘The Jerusalem Post’, a diferencia del ataque aéreo israelí reportado en primera instancia.
Haniyeh estaba situado en la casa de huéspedes en Teherán porque fue convocado, junto a otros altos cargos de grupos afines como Ziad al-Nakhala, líder de la Yihad Islámica Palestina, al acto de toma de posesión del nuevo presidente de Irán, Masoud Pezeshkian.
La misma casa de huéspedes de Teherán, un complejo gestionado por el Grupo Guardia Revolucionaria Islámica, situado en un barrio de alto al norte de la capital iraní; era el lugar predilecto al que había acudido Haniyeh en la mayoría de ocasiones que visitaba Teherán. Este hecho abrió la puerta a efectuar un plan sobre la instalación del dispositivo explosivo que llevaba dos meses en la habitación a la espera de una próxima vez.
Tras la victoria de Pezeshkian en las elecciones iraníes del 28 de junio, celebradas debido a la muerte del expresidenteEbrahim Raisi a mediados de mayo en un accidente de helicóptero, se esperaba próximamente ese acto que reuniera a altos mandos de grupos islámicos afines que finalmente sería la sentencia de Haniyeh.
Ismael Haniyeh presuntamente era quien más trabas ponía a los acuerdos de rehenes entre Israel y Hamás, según recoge el ‘Jerusalem Post’, que especula que su muerte facilite la ejecución de dichos acuerdos.
Por su parte, la Casa Blanca teme que el conflicto escale, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, aprovechó para pedir a las partes implicadas que no llevarán el enfrentamiento más lejos, también habló el presidente Bien, quien dijo ayer que el asesinato de Haniyeh en Irán «no ayuda» a un alto el fuego.
Paralelamente, el líder supremo iraní, Alí Jamenei, prometió en redes sociales un «duro castigo» para Israel, mientras el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, expresó que «Israel exigirá un alto precio por cualquier agresión en contra».